viernes, 20 de diciembre de 2013

Capítulo 20.

 Abrí mis ojos lentamente y me encontré en un lugar en el que no había estado hace mucho tiempo... mi casa. Estaba en mi cama, olía a mi casa. Observé a mi alrededor y todo seguía como siempre, nada había cambiado. Me levanté y me dirigí hacia el baño, donde me miré al espejo, también seguía igual. Bajé las escaleras despacio y encontré a todos desayunando.
-Hola cariño, no quise despertarte, anoche te acostaste muy tarde. -Dijo mi madre como si nada.
-¿Mamá?
-Hmm, si. -Soltó una pequeña risa. -Corrí hacia ella y la abracé fuertemente. -Oh, ¿estás cariñosa ésta mañana? -Dijo devolviéndome el abrazo, la solté y abracé a Danny, le besé la mejilla y me pinchó con su barba de varios días.
-Auch.
-Te lo mereces, ¿qué te sucede dulcesito? -Preguntó también riendo.
-Nada, los extrañé mucho, ¿y papá?
-Pero... nos viste anoche. -Dijo mi madre confundida.
-Una eterna noche. -Ambos rieron. 
-Papá está trabajando, volverá por la tarde, ¿qué quieres que te prepare?
-Nada, gracias, tomaré solamente jugo de naranja, iré a cambiarme. -Los besé a ambos en la mejilla y subí rápidamente a cambiarme la ropa por algo cómodo. Tomé mi iPhone y busqué el número de Zack, pero no lo encontré, tampoco el de Andy... Oh no, ésto no está pasando. Traté de recordar el número, hasta que me acordé y lo marqué rápidamente. Su voz se escuchó rápidamente del otro lado.
-¿Hola? -Preguntó adormilado.
-¡Hola Zachy!
-¿Quién habla?
-Yo, ____.
-¿Quién?
-____.
-¿Quién eres y por qué me llamas así?
-Hmm, ¿tu ex?
-Oh, seguramente has sido un pasatiempo de una noche, ¿verdad? ¿Qué quieres?
-En realidad estuvimos juntos 3 años...
-Bien, si tú dices. -Rió. -¿Qué quieres? -Repitió algo frustrado.
-Nada, solamente hablar contigo.
-Oye, tal vez te confundiste de persona nena, yo no conozco a ninguna ____... ¿cuánto?
-____ Worsnop Evans.
-Nop, no conozco a ninguna Worsnop Evans, lo lamento.
-B... bien, ¿en serio no me recuerdas?
-Si, en verdad, adiós nena, ya no llames por favor. -Cortó y dejé el iPhone sobre la mesa de luz otra vez confundida, ¿otro maldito sueño? Por dios. Traté de pellizcarme para despertar pero nada... Andy... Corrí hacia afuera sin notar los gritos de mi madre a mis espaldas y tomé las llaves de mi motocicleta, oh, como la extrañaba. Me subí a ella y la encendí con las manos temblorosas. Unos minutos luego estaba en la antigua casa de Andy, o de Ashley... Toqué al puerta, todo se veía muy lindo y arreglado, las plantas estaban regadas y muy cuidadas. Cuando la puerta se abrió me sorprendí mucho a quién vi... Era Juliet, me observó con una sonrisa.
-Hola, ¿qué necesitas? -Oh no, otra vez lo mismo.
-N... no, nada, está bien, lo lamento, pero te haré una pregunta, ¿Andy está aquí?
-Oh si, ¿quieres que lo llame?
-No no, está bien, gracias Juliet.
-¿Cómo sabes mi nombre? -Preguntó confundida.
-Solamente... lo sé, adiós. -Volví a subirme a la motocicleta y me dirigí hacia la casa de Jared. Cuando la puerta se abrió se abalanzó hacia mi y me besó apasionadamente.
-Hola nena, ¿cómo estás?
-Hola... bien.
-¿Qué sucedió? Pasa...
-No, solamente pasaba para ver como estabas, ya me voy, adiós. -Le di un fuerte abrazo y volví a subirme en la motocicleta y manejé a la casa de Austin, cuando estuve a punto de tocar la puerta se abrió de pronto, subí las escaleras hacia su habitación y traté de abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave, la golpeé y mi puño la atravesó sin romperla, ¿qué era ésto? Entré y lo vi allí sentado frente a la computadora en su cama, se veía horrible, su ropa estaba muy sucia, al igual que el. Me acerqué hacia el, no me veía, observé lo que veía en la pantalla y era una serie de fotos todos juntos, en el parque, en las casas de los chicos... Una lágrima se escapó de mis ojos cuando quitó las fotos y comenzó a escribir un mail... El mail que era para mi... Salí de allí rápidamente pero sentí que otra vez me faltaba el aire. Conocía la sensación, el sueño estaba por terminar. Grité y me senté agitada en la cama. Ya era de día y oía como el portero sonaba sin parar, corrí hacia él y presioné el botón para contestar.
-¿Quién es? -Pregunté adormilada pero nadie contestó, volví a preguntar pero no, nadie contestó. Volví hacia la cama y tomé mi teléfono que estaba sonando, era Andy.
-Hola Andy.
-Hola nena, ¿cómo estás?
-Mejor, ¿tú?
-Bien, gracias, ¿lista para tu primer día de trabajo?
-¿Qué?
-¿No lo recuerdas?
-Oh, cierto, lo olvidé por completo.
-Bien, te mandé todo por mail anoche, pero veo que no lo viste. Puedes verlo allá, ya todos saben de ti, cuál es tu puesto y todo, todos te conocen, tranquila, te irá bien.
-No estoy segura.
-¡Nena, por favor! 
-Bien bien, iré, ¿qué hora es y hasta qué hora debo estar allí?
-Lunes a jueves, de 7.15 hasta las 12.00.
-¿Qué hora es?
-Las siete.
-¡¿Qué?!
-Exacto, apúrate o llegarás tarde y tu jefe deberá despedirte.
-Muy gracioso. -Soltó una risa.
-Adiós nena, suerte, te irá genial, te amo.
-Adiós, gracias y te amo más, te llamaré apenas salga.
-No, te llamaré yo, ¡no quiero enterarme de que llevaste una falda arriba de la rodilla señorita!
-No lo sé, no estás aquí. -Reí. -No lo haré, adiós tonto.
-Hablo en serio, adiós. -Cortó y volví a reír, abrí la ventana y hacía muchísimo calor. La cerré rápidamente y entré al baño haciendo tiempo récord en bañarme y maquillarme, me coloqué una camisa color crema, una pollera pincel arriba de las rodillas, mis tacos del mismo color que la camisa y salí de la casa rápidamente hacia el auto, manejé hasta llegar a la empresa muy agitada, entré rápidamente y la misma señora que me había atendido cuando vine por Marion me saludó un poco fría.
-Hola.
-Hola hmm...
-Rose.
-Hola Rose.
-Bienvenida a la empresa. -Dijo con una media sonrisa.
-Gracias.
-Tu oficina está en el décimo piso, es la número 9.
-Bien, gracias de nuevo. -No contestó y se dio la vuelta como si tratara de buscar algo en su cartera, no le di mucha importancia y me subí al ascensor, un chico corrió hacia allí y se subió junto a mí.
-Buenos días, ¿nueva? ¿hacia donde subes?
-Buenos días, si, décimo piso.
-Oye, yo también. -Me dirigió una sonrisa que le devolví. Era rubio con ojos intensamente negros, tenía una barba que comenzaba a notarse de lejos, unos dientes perfectos, llevaba traje, negro y simple junto con un maletín en su mano, debía tener unos 32 años. -Jeremiah Wells, director de finanzas. -Me tendió la mano y se la estreché.
-____ Worsnop Evans, secretaria general. 
-¿Secretaria general? -Su sonrisa se borró por un momento, pero luego disimuló su sorpresa.
-Si, ¿tiene algo de malo?
-No, no, lo lamento... -Miró al frente y nos quedamos en silencio hasta que llegamos, las puertas se abrieron. -Suerte en tu primer día. -Dijo encaminándose hacia alguna oficina. Paré a un hombre que pasaba que me miró boquiabierto, algo que logró sonrojarme.
-Hola, ¿acaso sabrás donde está la oficina número 9? 
-S...si, ¿eres la nueva secretaria general?
-Si, lo soy. -Me tomó de la mano haciendo que sintiera un escalofrío y cruzamos algunas oficinas hasta llegar a la que tenía un diminuto 9 en la puerta.
-Que tengas un primer buen día...
-____.
-____, un gusto conocerte. -Me sonrió y se alejó rápidamente. Me adentré en ella y era algo pequeña, pero servía para mi. Noté que frente al ordenador sobre el escritorio había una rosa roja con un sobre a su lado, lo tomé y lo abrí, saqué el papel que estaba dentro, era muy breve: *Te extraño, juro que te esperaré el tiempo que sea, por siempre si es necesario. Ahora te tengo aquí y jamás te dejaré ir. Te amo. Andy...
 PD: ¡Suerte en tu primer día!* Sonreí y sequé una pequeña lágrima que había caído sobre mi mejilla. Comencé a leer el e-mail de Andy, que tenía toda la información de la empresa y de lo que me tenía que encargar, como mandar muchos documentos, atender algunos llamados de empresarios internacionales e importantes, asistir a algunas reuniones improvisadas, de vez en cuando registrar a los trabajadores, ¡debía hacer todo! Sería muy duro para mi. De pronto recordé algo... ¡la escuela! Marqué el número de Andy rápidamente y me contestó casi al instante.
-¿No deberías estar trabajando? -Preguntó adormilado.
-Te hago la misma pregunta a ti. -Ambos reímos.
-Verdad... ¿te gustó mi regalo?
-Lo amé pero te llamé para otra cosa, tengo que dar clases en la secundaria Andy.
-Hmm... yo, hice algunos arreglos, espero que no te hallas apegado mucho a tus alumnos el primer día de clase.
-¿Renunciaste por mi? 
-Sip.
-¿Sin decirme nada?
-Sip.
-¿Pensabas decírmelo?
-Tal vez.
-¡Andy!
-Bien bien, te daré el doble de tu paga si quieres...
-No es por el dinero, es por lo que me gusta hacer.
-Puedes tocar la guitarra en casa, o da clases particulares.
-No es lo mismo.
-Lo sé, pero debes aceptarlo, soy tu jefe y te ordeno volver a trabajar o estás despedida.
-Muy gracioso, estoy aquí porque me obligaste, no me molestaría irme en ése mismísimo momento...
-Bien, te contaré lo que hice ayer...
-Dime.
-Bueno pues, primero me desperté, abrí mis ojos lentamente y bostecé estirándome, luego me levanté y me quité la ropa para luego entrar al baño y meterme a la ducha. Enjaboné mis brazos, mi pecho, mi trasero, mi p... 
-¡Basta! Volveré a trabajar, estoy bien, adiós tonto, te amo y también te extraño.
-Yo más nena, adiós y suerte otra vez. -Cortó, yo dejé el teléfono otra vez en mi cartera, encendí el ordenador y comencé a pasar papeles a archivos...

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